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CORVETTE ZR1X: EL HYPERCAR AMERICANO QUE TE CUESTA UNA FRACCIÓN DEL PRECIO
Con 1,250 caballos y una velocidad máxima de 233 mph, el nuevo ZR1X llega a 2026 destrozando la relación potencia-precio frente a los europeos.
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Chevrolet lo volvió a hacer. Desde que el C8 Corvette debutó en 2020 con aquel precio de locura por debajo de los 60 mil dólares, el deportivo americano dejó claro que había un nuevo sheriff en la ciudad de los supercars. Hoy ese precio ya es historia, el Corvette básico se acerca a los 80 mil, pero la verdadera joya está mucho más arriba en la gama: el nuevo ZR1X.
Con un precio de $207,395 dólares, Chevy entrega un misil de 1,250 hp, 878 lb-pie de torque y una punta de 233 mph (375 km/h). Todo eso cuesta menos que el Ferrari más barato que puedas comprar y muchísimo menos que un McLaren o Lamborghini de potencia similar. Por ponerlo en perspectiva: un Ferrari F80 de 1,184 hp se va hasta los $3.7 millones, el McLaren W1 con 1,258 hp ronda los $2.1 millones, y un Lamborghini Temerario arranca en $390,000. Incluso el Ford Mustang GTD, su rival más directo en Nürburgring, es más de 100 mil dólares más caro.

El ZR1X llega en versión coupé por ese precio base, pero también se ofrece convertible desde $217,395 dólares. Si quieres más lujo, el acabado 3LZ sube a $218,395 en coupé y $228,395 en descapotable. Pero Chevy tenía guardada una carta más: la ZR1X Quail Silver Limited Edition, exclusiva para el evento “The Quail” en Monterey este agosto. Este modelo especial, limitado y aun sin número de producción confirmado, parte de $241,395 dólares con una pintura Blade Silver Matte inspirada en el Corvette C1 original, detalles interiores en Sky Cool, Medium Ash Gray y toques Habanero, y la posibilidad de sumar el paquete ZTK Performance con suspensión más rígida, calibraciones de chasis revisadas, aero de fibra de carbono y neumáticos Michelin Cup 2R.
Aun con todas esas opciones, el Corvette ZR1X sigue siendo una ganga brutal cuando lo comparas con los hipercars europeos. En esencia, Chevrolet ha creado un coche que juega en las ligas más altas de rendimiento, pero sin los precios estratosféricos ni la exclusividad artificial que inflan las etiquetas de otras marcas. Un superdeportivo que sigue fiel a la esencia del Corvette: ofrecer más por menos, pero ahora en cifras que pisan el territorio de los dioses de la velocidad.








