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EL CEO DE BUGATTI CONDUCE UN GOLF R32: MÁS ENTUSIASTA QUE EJECUTIVO
Mate Rimac, el genio detrás de los hiperdeportivos eléctricos, sigue fiel a un V6 alemán con tracción integral.
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Mate Rimac, CEO de Bugatti Rimac y arquitecto de algunos de los autos eléctricos más rápidos del planeta, no maneja todos los días un Nevera. Tampoco un Chiron ni mucho menos el nuevo Tourbillon. Su elección personal es más discreta, más humilde… pero igual de apasionada: un Volkswagen Golf R32 Mk5, cinco puertas, con caja DSG. Sí, ese mismo hatchback con motor VR6 de 3.2 litros y tracción integral que marcó época a mediados de los 2000.
Y aunque su garaje tiene un currículum envidiable —desde un M3 CSL hasta un M6 V10—, Rimac sigue creyendo que el R32 tiene todo para convertirse en un restomod perfecto. Según él, con un mejor interior y algo de tecnología moderna, podría ser el hot hatch ideal.
Rimac no solo colecciona autos por nostalgia. También ha influido directamente en el futuro del automóvil deportivo. Cuando tomó las riendas de Bugatti, el Grupo Volkswagen tenía planes de convertir la marca en una productora de SUV eléctricos. Fue él quien frenó esa idea y, en cambio, aprobó el Tourbillon: un hiperdeportivo híbrido con un brutal V16 atmosférico de 8.3 litros.
Esa decisión no solo fue audaz, fue también un mensaje: la emoción y la mecánica pura siguen vivas. Y en parte, eso también se refleja en su amor por autos como el R32, un modelo que, si bien no tiene cifras de infarto, representa ese equilibrio perdido entre lo práctico y lo divertido.
Rimac no está solo. Christian von Koenigsegg aún guarda el Miata que compró a los 19 años. Ivan Espinosa, el nuevo jefe de Nissan, llega a la oficina en su Z. Tal vez no todo esté perdido. Mientras haya CEOs que amen los autos como nosotros, siempre habrá esperanza para los que todavía buscamos una conexión entre volante y alma.