Para 1995 se presenta el nuevo Cobra R, del cual solo se fabricaron 250 unidades, este era un auto fabricado al estilo del Shelby GT350R de 1965, pero aún era legal en la calle con todas las emisiones y el equipo de seguridad intactos. Al igual que la Cobra R de 1993, al modelo del 95 se le quitó el aire acondicionado, las ventanas eléctricas, el asiento trasero, el estéreo, el aislamiento acústico y otros elementos. Pero luego SVT agregó algo que ningún Mustang había ofrecido desde 1973: en lugar del bloque pequeño de 5.0 litros y 240 hp del Cobra, el Cobra R obtuvo su hermano mayor de 5.8 litros, también conocido como “351”.
Se basó en el motor de la camioneta SVT Lightning, pero con una compresión más alta, una leva más agresiva y un cuerpo con medidor de aire de mayor diámetro. El resultado fueron 300 caballos de fuerza y ​​365 libras-pie de torsión para el Cobra R, más que cualquier Mustang de bloque pequeño de fábrica que se hubiera ofrecido antes. Se necesitaba el capó de fibra de vidrio con un abultamiento central para despejar el motor más alto. Respaldando al robusto 351 había un Tremec 3550 de cinco velocidades en lugar del Borg-Warner T5 del Cobra.

A finales de la década de 1990, el Mustang se había trasladado a una nueva familia modular de motores V8, y los modelos Cobra estaban propulsados ​​por una versión con doble árbol de levas de 4,6 litros y 32 válvulas. Para el año 2000, Ford hizo todo lo posible con una tercera y última versión del Cobra R que fue aún más extrema. Y solo 300 personas serian las afortunadas de poder adquirir uno.

El Cobra R 2000 fue reconocible al instante por su exclusivo tratamiento exterior. Cada uno de ellos fue pintado en un brillante Performance Red y mejoras externas que incluyen un nuevo y agresivo parachoques delantero con divisor y un capó abultado.

En ese momento, el Mustang Cobra R SVT 2000 era el Mustang producido en fábrica más rápido de la historia, principalmente debido a su motor V8 de doble árbol de levas de 5.4 litros, que suponía un salto considerable en cilindrada con respecto al V8 de 4.6 litros del Mustang GT normal. Además de una ventaja de pulgadas cúbicas, el motor de 5,4 litros del Cobra R tenía un colector de admisión personalizado montado en un conjunto de culatas que fluían un 25% más de aire que el Mustang Cobra del año anterior.

Debido a la altura del motor, los ingenieros de SVT necesitaban soportes de motor personalizados y un travesaño único para bajar el motor 12 milímetros para que cupiera debajo del capó del Mustang. Aunque el capó ya tenía un bulto prominente en el centro para acomodar el motor más grande, eso no era suficiente.

El sistema de escape también fue hecho a medida para el Cobra R, un producto de acero inoxidable diseñado en X o X-pipe con tubo Bassani por nada más que el magnate de los silenciadores Borla que salen por los costados del automóvil por delante de las ruedas traseras. El motivo de la salida lateral poco convencional fue una celda de combustible de 21 galones, la cual era más grande que la original y se ubicaba en la parte trasera del vehículo, lo que impedía que el sistema de escape saliera por su ubicación habitual.

Bajo el capó:
Diseñado por el equipo de vehículos especiales del gigante de Detroit, Special Vehicle Team (SVT), colaboró con un montón de fabricantes de componentes, como Brembo, Eibach, Recaro o BFGoodrich y otros más que en su momento eran lo mejor que había en su respectivo rubro. Este Ford Mustang SVT Cobra R fue una edición limitada a únicamente 300 ejemplares, todos ellos ensamblados a mano por los especialistas de SVT, con un motor V8 que estrenaba culatas de aluminio y elementos optimizados como bielas, cilindros y cigüeñal, además de radiadores adicionales para aumentar su capacidad de refrigeración.

Hablamos de un V8 de 5,4 litros, ósea que genera 71.3 caballos de fuerza por litro, si ya hicieron sus matemáticas, sabrán que cuenta con una potencia de 385 Caballos de fuerza a 6.250 rpm, y 385 libras-pie de torque a 4250 rpm, al menos sobre el papel. Porque se dice que Ford subestimo el motor, ya que las pruebas en dinamómetros por particulares muestran numeros muy distintos. Y si bien hoy en dia no suenan a grandes números, un Viper del 2000 generaba 425 caballos de fuerza, el Ferrari 360 Modena generaba 395 caballos de fuerza, el Porsche turbo 2001 con 414 caballos de fuerza.

El propulsor de ocho cilindros, cuyo cuentavueltas marca hasta 8.000 revoluciones, estaba asociado de serie a una caja de cambios Tremec T-56, de seis velocidades, con unas relaciones de cambio muy cortas, pensadas para carreras de aceleración o 'drag races', además de a un diferencial autoblocante (deslizamiento limitado) trasero. No obstante, anunciaba una velocidad punta de 282 km/h. Si bien no esta diseñado específicamente para carreras de resistencia, es capaz de acelerar de 0 a 100 en 4.4 segundos y un cuarto de milla de 12 segundos.

Interior:
Y aunque este Cobra R de color rojo prescinde de asientos traseros, aire acondicionado, equipo de sonido o control de crucero, por aquello de contener al máximo el peso, sí incorpora asientos Recaro, amortiguadores Bilstein, muelles Eibach, barras estabilizadoras muy rígidas, discos de freno ventilados Brembo y rines de cinco radios de fundición de aluminio con neumáticos radiales de BFGoodrich.

El bloque de hierro fundido estaría equipado con culatas de aluminio de alto flujo, una versión utilizada más tarde en el Ford GT del 2005, pistones de aluminio forjado con anillos de pistón Dana Perfect, bielas de palanquilla Carillo, 4 válvulas por cilindro, cigüeñal de acero forjado. , Cojinetes de motor Federal Mogul, admisión de aluminio, suministro de combustible electrónico SFI, cuerpo del acelerador de 80 mm, filtro de aire K&N, cárter de aceite de alto volumen Canton, volante de aluminio 11 McLeod, solo por mencionar algunos. La palanca de cambios B&M Ripper, eje de transmisión de aluminio y suspensión trasera independiente equipada con engranajes diferenciales hidromecánicos Visteon y ejes GKN de 31 dientes endurecidos por inducción!

En la parte trasera, la característica más destacada del Cobra R era su alerón de gran altura, algo que no se veía en muchos autos de producción de la época y que era 100% funcional en la pista de carreras.

Conclusión:
Es cierto que los Mustang de principios del siglo XXI, al igual que los de la década anterior, no son precisamente los más bonitos y, desde luego, a nivel estético quedan lejos del original, o incluso del actual, pero eso no quita que existieran versiones interesantes también en aquellos años, como el Mustang SVT Cobra R.

Este auto fue desarrollado gracias a que Ford quiso eclipsar a todos los Mustangs antes construidos y el resultado final sería el Mustang más rápido y con el mejor manejo de la historia. Y según John Coletti, quien era el patrón de SVT, empujó el rendimiento mucho más allá de las capacidades de cualquier Mustang anterior.