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NUEVO SUPERCAR DE LEXUS: EL LFR APARECE EN CARRETERAS DE CALIFORNIA
Un prototipo del esperado Lexus LFR —versión de calle del GR GT3— fue cazado mientras rodaba en Ángeles Crest junto a un Mercedes-AMG GT, revelando rasgos clave de su puesta a punto.
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Tres años después de que Toyota mostrara el concept GR GT3, la prometida variante de producción con emblema Lexus sigue sin verse en los salones… pero sí en la montaña. El vídeo, compartido por el periodista Jonny Lieberman, deja claro que la marca está en la fase final de desarrollo: el coupé rodaba flanqueado por dos Toyota Sequoia de apoyo y —dato nada casual— un AMG GT de la anterior generación que servía de referencia directa. Aun camuflado, el futuro LFR exhibe proporciones de auténtico exótico: morro bajo y largo, cabina retrasada y una carrocería ancha que apenas oculta entradas de aire sobredimensionadas. Curiosamente, esta mula prescinde del enorme alerón visto en test previos; puede que Lexus reserve ese apéndice para un paquete aerodinámico opcional o para una futura versión de circuito. La suspensión, firme hasta el temple, delata una puesta a punto pensada para atacar curvas antes que mimar lumbares, algo que encaja con la filosofía de un deportivo llamado a medirse con la élite alemana.
Las razones del “sparring” con un AMG GT son evidentes: el Lexus montará un V-8 biturbo delantero —probablemente híbrido— que buscará plantarse justo entre el GT 55 y el GT 63 en precio y prestaciones. Las cifras siguen en secreto, pero se da por hecho que superará al RC F y quedará por debajo del mítico LFA, lo que situaría su tarifa de partida en torno a los 150 000-180 000 dólares: suficiente para inquietar a Porsche 911 Turbo, Aston Martin Vantage y los nuevos AMG electrificados. Además, el desarrollo prolongado encaja con la estrategia de Toyota Gazoo Racing: el GT3 de carreras debutará en 2026 en WEC, así que la versión de calle debería presentarse antes para homologar el proyecto. En otras palabras, la espera —que incluye años de avistamientos y rumores— está a punto de terminar. Si todo sigue el ritmo que dicta este test californiano, 2025 podría ser el año en que el LFR se quite el camuflaje y Lexus vuelva a la conversación de los superdeportivos con un “heredero espiritual” del LFA, esta vez menos prohibitivo y quizá todavía más apto para devorar curvas que para colgar pósters.
