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AUTOS MODERNOS

MUSTANG 2008 SHELBY GT500 KR

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Es 2008, un año turbulento. La crisis económica sacudía Estados Unidos, Eli Manning frustraba el legado de Tom Brady en el Super Bowl 42, y en la música, Amy Winehouse dominaba las listas de éxitos. En medio de este caos, Ford y Shelby tenían otros planes: revivir una leyenda. Era el 40 aniversario del mítico King of the Road (KR), y qué mejor manera de celebrarlo que con el Mustang de producción más potente hasta ese momento.

Ford sacó estos Shelby GT500 de la planta de Dearborn, Michigan, para enviarlos a Las Vegas, donde Shelby American se encargó de transformarlos en bestias imponentes. Así nació el Shelby GT500KR 2008, una máquina construida para dominar las carreteras y llevar el linaje Cobra a un nuevo nivel. Solo se fabricaron 1,000 unidades en su primer año, pero la demanda fue tan alta que Ford extendió la producción a 2009, añadiendo otras 712 unidades idénticas, aunque sin las placas conmemorativas del 40 aniversario.

Este es uno de esos ejemplares exclusivos, con menos de mil millas recorridas, una cápsula del tiempo que guarda toda la esencia de lo que significa un “Rey de las Carreteras”. Este no es solo un Mustang; es una declaración de potencia, tecnología y tradición. Yo soy Cabeto, y esto es El Garage de Pepino.

El Shelby GT500KR toma como base un GT500 estándar, pero lo lleva al siguiente nivel. Visualmente, puede parecer similar a otros Mustangs de su época, como el Bullitt 2008 o los modelos Roush, pero las diferencias están en los detalles. Uno de los más notables es su cofre de fibra de carbono, ultraligero y con hood pins giratorios inspirados en el KR de 1968. Además, las salidas de aire son completamente funcionales, con ductos que dirigen el flujo hacia los frenos Brembo de 14 pulgadas, garantizando una refrigeración óptima para un rendimiento máximo.

Los rines Alcoa forjados de 18 pulgadas, aunque más pequeños que los de 20 pulgadas del prototipo, ofrecen una estética agresiva y funcional. Las llantas Goodyear Eagle F1 Supercar fueron desarrolladas específicamente para el KR, con un compuesto especial y un emblema “Wingedfoot” que las distingue de las versiones estándar.

La suspensión, ajustada por SVT (Special Vehicle Team), incluye muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras exclusivos, además de una torre de suspensión de Ford Racing. Todo esto proporciona un manejo más preciso y una estabilidad impresionante, haciendo honor al nombre King of the Road.

Bajo el cofre, el KR alberga un motor V8 de 5.4 litros supercargado que produce 540 caballos de fuerza y 510 lb-ft de torque. Este aumento de potencia se logró gracias a un filtro de aire de alto flujo, un sistema de escapes Ford Racing y una reprogramación del motor. La transmisión manual de 6 velocidades recibió ajustes en sus relaciones y un short shifter para cambios más rápidos y precisos.

Con estas mejoras, el GT500KR acelera de 0 a 100 km/h en 4.3 segundos, frena de 100 a 0 en 34 metros y completa el cuarto de milla en 12.5 segundos. Para ponerlo en perspectiva, un Ferrari F430 lograba el cuarto de milla en 12.3 segundos. No es casualidad que se llame Rey de las Carreteras.

El interior del KR es una mezcla de lujo y herencia. Aunque comparte diseño con el GT500 estándar, detalles como los bordados GT500KR con la firma de Carroll Shelby en los reposacabezas, la palanca de cambios tipo bola de billar y la placa seriada de Shelby American en la consola central lo convierten en algo especial.

Imagina estar en 2009, recién salido de una agencia con tu Mustang GT. Estás feliz, escuchando “Boom Boom Pow”, cuando un GT500KR se detiene a tu lado en un semáforo. El semáforo se pone verde, y el KR sale disparado, quemando llantas y dejando tras de sí el rugido de su V8 supercargado. En ese momento, te preguntas si tomaste la decisión correcta.

El Shelby GT500KR no es solo una edición especial; es una pieza de historia automotriz. Es un recordatorio de que el Mustang siempre ha sido el referente de los muscle cars americanos. Ford y Shelby lograron crear algo más que un coche rápido: crearon un símbolo de poder, exclusividad y tradición.

Mientras los debates sobre Mustang, Challenger y Camaro continúan, una cosa es clara: el Mustang está en una liga propia. Y el GT500KR es una de las expresiones más puras de lo que significa ser El Rey de las Carreteras.

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