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LA RESERVA DEL PATRÓN

SHELBY 1965 DAYTONA COUPÉ SUPERFORMANCE

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Míralo detenidamente y dime que no quieres poseer este Shelby Daytona Coupé de Superformance. No solo tiene un diseño que desafía el tiempo, sino que también está bendecido con una de las partes traseras más icónicas en la industria automotriz. Es imposible no admirar el genio de Peter Brock, el visionario detrás del auto de carreras original de los años 60, quien también diseñó esta impresionante recreación moderna.

Este no es solo un tributo al pasado; es una celebración de todo lo que hizo al original una leyenda. Construido por Hi-Tech Automotive en Sudáfrica, importado por Le Mans Coupes Ltd en el Reino Unido y distribuido por los expertos en Cobra de toda la vida, Nostalgia de Rod Leach, esta es la versión MkII del Daytona, que mantiene su receta de peso ligero y potencia brutal, pero con mejoras en comodidad y espacio interior.

Brock tuvo el valor y la visión para modificar ligeramente la forma original del Daytona. Incrementó las dimensiones totales en un 2%, principalmente para ganar espacio para la cabeza y los hombros del conductor y mejorar la visibilidad. También realizó cambios sutiles en la parte frontal para refinar su estética y funcionalidad.

Este coupé ligero, con menos de 1,300 kg a plena carga, puede alcanzar los 100 km/h en menos de 4 segundos y los 160 km/h en menos de 9 segundos. Si tienes el espacio y la valentía suficiente, puede llegar a una velocidad máxima de 200 mph, replicando el desempeño del legendario auto de carreras original.

No solo es una maravilla de potencia y velocidad, sino que el chasis diseñado por Bob Negstad, el mismo ingeniero del modelo original, ha recibido mejoras. La geometría de la suspensión permite ajustes más precisos, y se han añadido llantas de aleación de plato hondo más auténticas. La estructura es más rígida, el ruido de la carretera se ha reducido, y un diferencial de deslizamiento limitado ZF garantiza una tracción óptima.

El exterior del Daytona es una obra de arte, pero el interior ofrece una experiencia contrastante. Aunque es auténtico y cuenta con comodidades modernas como aire acondicionado, elevalunas eléctricos y un potente sistema de sonido, tiene ese carácter crudo y artesanal de los autos de bajo volumen. Los interruptores de palanca añaden un encanto retro, pero no esperes el ajuste y acabado de un coche de producción en masa.

Este Shelby puede ser un desafío para el día a día, pero una vez que te adaptas, es imposible no amarlo. El motor LS3 es versátil: puede ser suave y dócil en ciudad o transformarse en una bestia rugiente al pisar el acelerador. En cualquiera de las tres primeras marchas, el Daytona se lanza hacia adelante con una ferocidad impresionante. Puedes sentir cómo los neumáticos muerden el asfalto y cómo la carretera parece comprimirse bajo las ruedas traseras.

El cambio de marchas Tremec es otro placer en sí mismo. Se necesita fuerza para manejar el embrague, los frenos y la palanca, pero es un esfuerzo satisfactorio. Una vez que dominas el punto de fricción del embrague, conducir por la ciudad se vuelve una experiencia controlada y emocionante. El Shelby Daytona es una máquina que recompensa el respeto y la precisión.

Sin embargo, la dirección asistida puede ser ligera y poco comunicativa. A alta velocidad, demanda calma y precisión. Este no es un coche para conducir con brusquedad; requiere un toque sereno y una conexión consciente con la máquina. No hay control de tracción ni ABS, pero esto solo añade a su carácter. La tracción es sorprendente y los frenos son potentes y progresivos, lo que permite una conducción controlada y deliberada.

Este Shelby Daytona no es perfecto, pero sus virtudes superan con creces sus defectos. Cada kilómetro recorrido aumenta el cariño por su corazón potente y su naturaleza desafiante. En una época donde muchos autos modernos ofrecen experiencias estériles y asistidas, el Daytona Cobra Coupe es un recordatorio vibrante de lo que significa una conducción pura y visceral.

Al final del día, este no es solo un automóvil; es una declaración de principios. Es una obra de arte mecánica que exige tu atención y respeto. Y, para quienes aman el manejo auténtico y sin filtros, es una de las experiencias más gratificantes que se pueden tener sobre ruedas.

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