Todos saben cómo se ve un Jeep. Tiene grandes neumáticos todoterreno, dos faros redondos y siete ranuras en su fascia de metal y sin adornos.
Estos rasgos se han transmitido desde los primeros Jeeps del Ejército en 1941 y los primeros Jeeps civiles en 1945. Pero es la habilidad todoterreno del Jeep lo que forjó su leyenda, una que ha pasado de generación en generación.
Una de esas generaciones fue el CJ-7, construido entre 1976 y 1986. Era una versión 10” más larga entre ejes que los CJ-5, que fue construido entre 1955 y 1976, y marcó la migración del clásico Jeep para proporcionar un poco más espacio en la cabina para pasajeros.
El modelo “Renegado” se distingue por sus detalles en viniles de diferentes tonos, haciendo alusión a la época de los 80s.
El CJ-7 continúa siendo utilizado hoy en día y es, para muchos, el preferido para para jeepear, en especial en roca (rock crawling).