Si fuiste niño en los años 90 en Estados Unidos o Europa, es muy probable que tuvieras un Volkswagen Corrado de juguete guardado en algún cajón. No era cualquier cochecito: representaba una época donde los autos modificados, las carreras callejeras y los clubes de entusiastas estaban de moda. Si no viviste esos años o eras muy pequeño, seguro te hubiera gustado estar ahí.

Cuando Volkswagen lanzó el Corrado en 1988, era el coche más caro que habían hecho hasta ese momento. Empezó a diseñarse en 1983 como el reemplazo del Scirocco Mk1, creado por el famoso diseñador Giorgetto Giugiaro. Pero en lugar de reemplazarlo, el Corrado terminó vendiéndose junto con el Scirocco por un tiempo, aunque era más caro y con mejor tecnología.

El Corrado llegó a Canadá en 1989 y a Estados Unidos en 1990. A México nunca llegó, probablemente porque era difícil vender un Volkswagen de 22,000 dólares en ese mercado. En total, solo 18,000 unidades del Corrado se vendieron en América del Norte, lo que lo hizo raro desde el inicio.

El primer motor importante del Corrado fue el G60, un 1.8 litros supercargado. La letra “G” venía del diseño del supercargador, llamado G-Lader, y el “60” se refería a su entrada de 60 mm. Pero en 1991, llegó el famoso motor VR6. Este motor de 2.8 litros y 190 hp combinaba lo mejor de un seis cilindros en línea y un V6. Era potente, compacto y convirtió al Corrado en un auto muy especial.

A pesar de ser innovador y bien construido, el Volkswagen Corrado VR6 nunca fue un éxito de ventas. Entre 1988 y 1995, Volkswagen vendió solo 97,521 unidades en todo el mundo. Para comparar, su hermano, el Scirocco Mk1, vendió más de 500,000 unidades en un período similar.

Parte del problema fue que el Corrado estaba en una posición complicada. No era tan barato como el Ford Probe, el Honda Prelude o el Toyota Celica, pero tampoco era tan lujoso como un Porsche 924. Aunque el Corrado tenía mejor tecnología y calidad que muchos de sus rivales, estos coches más accesibles le ganaron en ventas.

Pero en cuanto a desempeño, el Corrado VR6 tenía lo suyo. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 6.7 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 235 km/h, compitiendo directamente con el Porsche 968 Club Sport y el Ford Escort RS Cosworth. Además, tenía un alerón trasero retráctil automático, algo muy novedoso en esos días, que se ajustaba según la velocidad para mejorar la estabilidad.

Por dentro, el Corrado VR6 era toda una experiencia de manejo. La palanca de cambios era precisa, la posición de manejo era baja y deportiva, y la dirección te hacía sentir cada movimiento del auto. Todo esto lo convirtió en uno de los mejores coches de tracción delantera de su época. No es raro que revistas como CAR lo incluyeran en su lista de los “25 autos que debes manejar antes de morir”.

Hoy, el Volkswagen Corrado es un símbolo de una época en que los fabricantes se atrevían a hacer coches emocionantes y diferentes. Aunque no fue un éxito comercial, se ganó el corazón de muchos entusiastas. Es un recordatorio de cuando los cupés deportivos estaban por todos lados, antes de que los SUVs dominaran el mercado.

El Corrado no fue solo otro coche más: fue un unicornio de los años 90, un auto especial que merece ser recordado y celebrado.